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Foto del escritorValerie Rosa Rivera

El Marshdillemow (El Dilema del Marshmallow)





Okay Valerie, siéntate en esa silla. Te voy a dar unas instrucciones y espero que las sigas.-


La niña asiente su cabeza mientras se sienta en la silla frente a la mesa de un cuarto blanco. Estaba confiada en el ejercicio, porque siempre ha sido una pequeña muy obediente. La señora alta con espejuelos brillantes de color violeta se sienta al frente de ella y la mira atentamente a los ojos, mientras coloca un plato en la mesa.


- ¡Muy bien! ¿Ves este marshmallow?- La señora de los espejuelos brillantes le pregunta a la pequeña Valerie tomando un marshmallow de la bolsa.


- Yes!- La niñita se sacude en la silla emocionada por el nuevo reto.


- Entonces voy a poner este marshmallow en el plato y si logras esperar hasta que yo te diga-


- ¿Cuánto tiempo?- La pequeña Valerie pregunta.


- ¿Perdón?- La señora pregunta confundida.


-¿Cuánto tiempo tengo que esperar para comerme el marshmallow?-


- Bue- Bueno... - La señora de los espejuelos brillantes es tomada por sorpresa.- Por cada minuto que pase acumulas un marshmallow adicional y si logras completar cinco marshmallows tus padres tienen que llevarte a comer a donde tu quieras.-


- ¿Hasta un restaurante fino?- La niña preguntó radiante de emoción.


- ¡Depende de ellos!- Encogió sus hombros con una sonrisa. - Okay ¿Estás lista? -


- ¡Lista!- La pequeña Valerie contesta con seguridad.


La señora con los espejuelos brillantes de color violeta coloca un marshmallow en el plato y garabatea en el celular dejando a entender que estaba poniendo el cronómetro.


La pequeña Valerie no esperó diez segundos para que su espíritu comenzó a crecer impaciente. Comenzó a inquietarse dándole a la mesa con sus dedos, pretendiendo que eran tambores. La señora de los espejuelos brillantes simplemente se le quedaba mirando con paciencia a ver sus reacciones. Pronto se cansó de jugar con sus "tambores" así que comenzó a jugar con sus pies y moverlos de un lado a otro. Se las arregló para esperar el primer minuto ganándose el segundo marshmallow. Apoyó la cabeza sobre la mesa y pegó los ojos a los marshmallows en pura concentración. Luego de un par de segundos rompió el silencio:


- ¿Porqué tienen que ser marshmallows?- Le preguntó a la señora de los espejuelos brillantes. Por un segundo la cara de la señora se quedó atónita por la pregunta repentina, pero contestó diciendo:


- Porque sí.-


- ¿Porqué no Ruffles? ¡A mi me gustan más las papitas!- Claramente ya no le quedaba mucha paciencia.


- No siempre puedes tener lo que quieres.- La señora alzó sus hombros. - No te preocupes, aquí viene el tercer marshmallow.- Llevó el marshmallow al plato como si fuera un avión para animar a la pequeña.


Ya no se veía animada como antes, solo quería terminar con esto para poder ir al buffet por coditos con queso. Nadie se mete con sus coditos con queso... Quince segundos luego, la pequeña Valerie se encontraba paseando por el cuarto, que se estaba poniendo tenso el ambiente. Ella estaba refunfuñando, porque había que dejar en claro que no se sentía cómoda.


- ¿Cuánto me falta?- Pregunta.


- Bien poquito.- Responde la dama con los espejuelos brillanres


- Eso no es una repuesta.-


- No falta mucho.-


- ¡Estoy aburridaaaa!- La pequeña Valerie gruñó.


- No puedo hacer mucho en ese caso...-


- Quiero coditos con queso...- Puso una cara de enojo mientras se sentaba en la esquina del salón con sus ojos aguados mientras repetía la misma frase. -Quiero coditos con queso... Quiero coditos con queso...-


- Ya casi lo logras, no te preocupes. -


La pequeña Valerie gruñó de la frustración, sus ojos grandes estaban aguados. Ella era muy educada como para darle una rabieta, pero solo con mirarla ya era claro lo frustrada que se sentía.


- Paciencia... Respira...-


- ¡No quiero ser paciente! -


- No hay problema, llamo a tu mamá y le digo que ya terminamos.-


Sus ojos grandes se pusienron aún más grandes y su frente mostraba señales de enojo.

-¡No!-


- Esta bien, vamos a esperar, pero tienes que calmarte. - la señora de los espejuelos brillantes se acerco donde la pequeña y se sentó frente a ella para inhalar y exhalar...


- Agarra todo el aire que puedas por la nariz...- Exageró el gesto junto a la pequeña Valerie mirandola a los ojos. - Y a la cuenta de tres lo sueltas lo más fuerte que puedas por la boca. 1... 2... 3...- Exhalaron con fuerza soltando todas las tensiones que tenían.


Lo repitieron tres veces más. Con una cálida sonrisa la señora de los espejuelos brillantes le dijo: - Lo estas haciendo muy bien, cariño. -


La niña como le encantaba que le aplaudan lo que hace bien, sonrió con orgullo y junto a la señora se movieron de vuelta a la mesa con los marshmallows. Ahora con un poquito de paciencia finalmente iba a tener sus tan deseados coditos con queso. Su frustración se tornó en entusiasmo. Solo un marshmallow más...


- Solo uno más...- La pequeña Valerie murmuró con la vista pegada en los marshmallows que había logrado conseguir.


La señora con los espejuelos brillantes solo la observaba mientras el tiempo pasaba. la pequeña Valerie continuó columpiando sus pies mientras se agarraba de las esquinas de su silla y quemaba los marshmallows con su visión ultra sónica la cual no se despegaba ni por un segundo.


- Treinta segundos más...- La señora exclamó con una sonrisa.


La pequeña Valerie esperaba pacientemente. Iba a conseguir sus coditos con queso, maíz, jamón y un poquito de bacon y no había nadie que la parara. Se repetía constantemente lo que quería para no perder la poquitita paciencia que le quedaba e impulsarse a lograr su meta.


- ¡Coditos con queso! ¡Coditos con queso! ¡Coditos con queso!


-¡Tiempo! ¡Lo lograste! Aquí estan tus marshmallows.


La pequeña Valerie agarró el plato con los marshmallows como un trofeo ¡Al fin lo logró!


- Ahora espera aquí para que lleguen tus padres.


- ¿Tengo que esperar más?


La señora de los espejuelos brillantes se rió entre dientes. - No te preocupes solo será un segundo.


Cuando los padres entraron, la pequeña Valerie corrió hacia ellos, dándoles un gran abrazo gritando: - ¡Lo logré! -


- ¡Claro que sí! ¡Estoy muy orgullosa de ti!- Su madre le dio un beso en la cabeza sosteniéndola fuerte en un abrazo.


- ¿Adivina qué?- preguntó su padre arrodillándose a la altura de sus ojos.


- ¿Vamos a ir al buffet por coditos con queso?- Sus ojos brillaban por la ilusión de su recompensa.


- ¡Mejor todavía!


- ¿Qué?


- ¡Nos vamos pa' Disney!- Sus padres gritaron para sorprender a la pequeña Valerie.


¡Entre gritos y llantos, se dio cuenta que fue mejor de lo esperado! Quién hubiera pensado que solo al esperar haría sus sueños realidad.




Fin <3



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