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Y se fue otra más



Al prender la televisión me encuentro con las noticias de la tarde, ya casi ni las veo. ¡Es más de lo mismo!

Choque en Ponce... Policías llegaron a tal caserío porque encontraron droga... Hombre mató a su esposa... Relax lo normal.


I mean, no debe ser gran cosa, esto siempre pasa. Es lo mismo de siempre "¡Estas feministas son unas exagerá si a los hombres nos matan más!"


Esto me hace reflexionar, no es normal que anden matando a mujeres, familias, amigos ¡así por que sí! No es normal que cuando aparece otro caso del asesinato de una mujer y su familia en las noticias ya da más de lo mismo porque lo hemos normalizado.


Si lo vemos como normal, tenemos un problema grave. El problema es la cantidad de violencia de género que ocurre en estos tiempos. Simplemente porque hoy, yo, mujer pueda tener derechos no significa que ya la lucha se haya acabado. Donde viendo desde lo más simple que es ir a la farmacia y que dos viejos te esten mirando de arriba hacia abajo haciendonos sentir, incómodas, inseguras... Hasta cuando existen casos donde una mujer decide salir de un ciclo vicioso de violencia y ¡Sácata! la mataron. Ahí llega el miedo, la submisión, la incapacidad de hablar, porque está exagerando, por el qué dirán, por no saber tan siquiera donde comenzar ya que nos enseñaron a que debemos darnos a respetar, pero ese valor no es mutuo.


Cometemos el error de ponernos a inferir, a juzgar a la mujer por no saber escoger porque la culpa fue de ella por no haber visto las señales de que él le iba hacer daño. Es tan fácil hablar, pero a la hora de hacer algo nos quedamos en los banquitos. Es tan fácil culpar, para así no sentirnos culpables de la falta de acción que estamos teniendo. ¿Qué puedo hacer yo, una simple mortal que anda arrastrando las enseñanzas de hacen centenarios?


Tanta ciencia que hoy día disfrutamos y todavía no entendemos la importancia de la educación. Si eres madre o padre, abuelo o abuela, tía, tío, pariente o amigo enséñales a esta generación a que respeten y tengan empatía. Que no es de niñas sentir y llorar, que no es de niños gritar y enfurecerse. Que las niñas al igual que los niños no se le pueden tocar así de la nada. Que deben respetar sus cuerpos y denunciar si notan que alguien les priva de su derecho. Debemos aprender que los niños son tan inteligentes que esparcen la información diez veces más rápido que un adulto. Edúquense, adultos que sus niños los observan, cada cosa que hagan es imitada por ellos.


Gente, vamos a coger las cosas en serio. Apoyen a aquellos que alzan su voz por el cambio. No esten llamando exagerados, ridículos a estas personas, que si tú boricua puedes votar, no fue porque tus abuelos pidieron porfis a las buenas. ¡Edúcate! Conoce tu historia, porque de la misma mata de plátano que a veces creemos que de ahí vinimos, nuestros derechos tampoco surgieron de la nada.


Como latinos, mujeres, marginados, humanos, seres vivientes del planeta Tierra podemos hacer nuestra parte. Se pueden hacer millones de cosas, se puede criticar hasta el fin del mundo o esperar por el final feliz que tanto queremos, pero hay algo que nunca ha fallado. La educación. Un arma tan letal que tienen que esconder de nosotros. Algo que también tuvimos que exigir porque toda una sociedad creía que era ridículo que las mujeres aprendieran de la ciencia. Porque nos hicieron creer que solo nacimos para ser madres.


Por lo tanto, abramos la conversación y hablemos. Que en el silencio el único cambio que se da es el sonido del viento. Recordemos porqué en realidad celebramos el 8 de marzo, para recordar, admirar y apoyar las personas que han luchado y luchan para que las mujeres podamos sentirnos dignas y capaces de lograr lo que sea, porque lo que está en nuestros pantalones no marca nuestra historia. Son las hagallas que sacamos para salir adelante, para exigir lo justo y hablar por aquellas que ya no pueden.


Lo hago por mí,

por mi hermana,

por mis abuelas,

por mi madre,

mis tías,

mis primas,

mis amigas,

por cada una que siente y padece


No esperemos por una menos, luchen, denuncien, escuchen y sobre todo amen, que el amor es la gasolina para proteger lo preciado. Feliz día de la mujer, las quiero a todas.






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